Diez competencias, diez dimenciones para una docencia de calidad

La vida del docente no se encuentra únicamente en el salón de clases, también en la institución, en la comunidad, en su familia, en su persona, en la sociedad, en la economía y en la cultura. Retomando las tres consideraciones que hace Zabalza de los ámbitos de la enseñanza todas estas implicaciones son transcendentales. En el aula el docente transmite un poco de su realidad, sus valores, pensamiento relacionado con su labor tomando decisiones que requieren soluciones rápidas y efectivas, en la escuela existen muchos factores que no dependen del propio docente, por lo que se tiene que adaptar a la infraestructura de la misma.
Perrenoud retoma de la conferencia de Ginebra aspectos relevantes relacionado a competencias docentes, como el menciona es tan solo un primer acercamiento puede haber más competencias, pero lo rescatable para el tomando en cuenta el antecedente las engloba en 10 competencias de los docentes, que se relacionan con las 10 dimensiones para una docencia de calidad de Zabalza.

Pero las competencias no son en sí mismas, conocimientos, habilidades o actitudes que movilizan, cada situación es única y pasa por operaciones mentales complejas. Se crean en formación pero también a merced de la navegación cotidiana del practicante de una situación de trabajo a otra. Depende de cada docente hacer las adecuaciones a su entorno, pero la pegunta es ¿Cómo ser un maestro competente? Aunque existe un parámetro en este caso Perrenoud, la personalidad y el entendimiento es diferente, además ¿cómo podemos hacer algo que no hemos aprendido? Debería ser organizando la preparación continua, pero existen casos de docencia con grados de maestría y cantidad impresionante de conocimientos que caen en la prepotencia o el autoritarismo, en lugar de transformar su práctica ¿Cuáles son los elementos estrategias a seguir para impartir una educación basada en competencias?

La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) en el documento de SeDeCo (Definición y selección de competencias llave) propone un concepto de competencia radicalmente distinto dentro de una interpretación comprensiva, constructivista y holística: Una competencia es más que conocimientos y habilidades, es la capacidad de afrontar demandas complejas en un contexto particular, un saber complejo, resultado de la integración movilización y adecuación de capacidades, conocimientos, actitudes y valores, utilizados eficazmente en situaciones reales:
“Capacidad de responder a las demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de forma adecuada”
Después de un análisis Pérez (2008) hace un recuento de seis aspectos fundamentales de las competencias, quedando establecido el concepto desde un enfoque holístico de la siguiente manera: Las competencias constituyen un “saber hacer” complejo y adaptativo, que se aplica de forma reflexiva, es susceptible de adecuarse a una diversidad de contextos y tiene un carácter integrador, abarcando conocimientos habilidades, emociones, valores y actitudes. Concluyendo que toda competencia incluye un “saber”, un “saber hacer” y un “querer hacer” en contextos y situaciones concretos en función de propósitos deseados. Esto tiene que ver con los cuatro pilares de la educación

El reto del docente es mayor pues debe poseer gran capacidad para adaptar planes y programas al contexto, en México es un plan de estudios para el nivel básico, pero que tanto se adapta a las necesidades de la comunidad, alumno, escuela. O tomarlo solo como El curriculum visto en las actividades prácticas como un objeto, hasta que adquiere forma y significado, la educación y la cultura toma decisiones sobre él por instancias administrativas, dominantes que han monopolizado un campo en la sociedad.
Otra de las situaciones es desde que concepción de competencia se está trabajando retomando a Gonczi (1994) y plantear los objetivos de hacia donde se quiere llegar en realidad.

En la competencia que se leyó fue la de trabajar en equipo, instalada en la profesión como una opción personal, se amplía hacia una nueva competencia de cooperación que deberá abarcar a todo el colectivo. Perrenoud propone que en un futuro será deseable que todos los docentes estén preparados para organizar desde un sencillo grupo de trabajo para elaborar un proyecto de equipo. Aunque yo la retomo implicando a que el docente pueda elaborar un proyecto con los alumnos, implicando saber adoptar el rol de líder para dirigir las reuniones e impulsar y mantener el equipo pero esto pasarlo a los alumnos. Esta competencia emergente se asienta en la convicción de que el trabajo en grupo es un valor fundamental. También es la disminución de la presencia de conflictos como algo inherente a la realidad de cualquier colectivo. Por lo tanto, los docentes deberán estar preparados en cuestiones de dinámica de grupos así como capacitados para ser moderadores y mediadores. Ejercer el papel de liderazgo mediador, no impositor.
Al leer esta competencia no quiero decir que las otras sean menos importantes, todas se relacionan con todas pues son parte integral en la formación continua del docente y fundamentales para llevar a cabo una práctica de calidad, aunque se engloban competencias generales y se derivan las específicas, se retoma únicamente la de trabajo en equipo para relacionarlo con el tema de intervención.



BIBLIOGRAFIA
Gonczi, A (1994). Perspectivas internacionales sobre educación basada en competencias. En Técnica y humanismo, revista bimestral del CONALEP No. 80, jul-ago, No. 81, sept-oct. México.
Pérez, Gómez A. en: Sacristán, Gimeno J.(comp.) (2008). Educar por competencias ¿qué hay de nuevo? España: Morata.
Perrenoud, Philippe (2004) En: Diez nuevas competencias para enseñar. Invitación al viaje. México: Graó/Colofón.
Zabalza, Miguel A. (2003) Las diez dimensiones de una docencia de calidad. En Competencias docentes del profesorado universitario. España. Ediciones Narcea.