Curriculum e Innovación Educativa
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[b]Los maestros como actores protagónicos de una educación democrática[/b]

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Mensaje  Lulusita Molina Mar Oct 11, 2011 2:03 pm

Si bien no podemos decir que un alto nivel de educación
constituye una condición suficiente para la democracia,
la evidencia de que disponemos sugiere que ello está cerca
de constituir una condición necesaria”

Lipset.

Kemmis, S. (1993). “Algunos puntos de partida para los investigadores contemporáneos del currículum”. En El currículum más allá de la teoría de la reproducción. Madrid: Morata, pp. 156-165.
Carbonell Sebarroja, Jaume. 2007. Cap. VI “Una democracia fuerte para favorecer la innovación”. En La aventura de innovar. El cambio en la escuela. Madrid: Morata, pp. 92-102.

“La búsqueda de las contradicciones invita al diálogo y al razonamiento dialéctico en grupo, a la participación democrática en la interpretación y en la toma de decisiones, y desarrolla un creciente sentido de compromiso compartido en la lucha por mejorar la educación”. (Kemmis, 1993; 156)

Desafortunadamente, en la realidad educativa que se vive al interior de las escuelas (públicas y privadas) se observa que las dicotomías surgen a partir de posturas encontradas, de miradas en sentidos opuestos, de actitudes radicales y fundamentalistas muy alejadas de un enfoque crítico.

Retomando a Kemmis, por supuesto que es necesaria la participación de los trabajadores del currículum para poder reconstruirlo a partir de la creación de una teoría crítica, que permita a la comunidad de investigadores analizar los temas y contenidos curriculares para detectar aquellas disonancias que generan resistencias, incongruencias, etc.; así como aquéllos que resultan congruentes porque consideran necesidades reales de los alumnos.

Este, por supuesto que no es un trabajo sencillo, pues implica un enfoque colaborativo, crítico y reflexivo por parte de la comunidad de investigadores, mismos que deben involucrarse en una lucha política con miras a la transformación curricular, con el objetivo de que al interior de las escuelas se desarrollen auténticas prácticas educativas democráticas, permeadas de valores, de ética y de moral.

Contrariamente a las características de la escuela democrática que se exponen en el texto de Carbonell, en la escuelas de “nuestra realidad” encontramos las siguientes:

 La escuela es un barco donde cada quien rema de acuerdo a sus intereses particulares, sin considerar ni la igualdad ni la libertad de los sujetos.

 La escuela privilegia los aspectos técnicos y cognitivos, dejando de lado las dimensiones afectivas y morales de los sujetos; esto es, se atiende más la parte objetiva y se olvida la subjetiva.

 La escuela se encarga de que los alumnos conozcan perfectamente sus obligaciones, para que estas sean cumplidas con base en una rígida normatividad; difícilmente se atienden los derechos y necesidades de estos.

 La escuela es una institución que a partir de una evaluación heterónoma clasifica, margina y excluye.

Carbonell también reconoce que existen contradicciones que dificultan el desarrollo y práctica de la democracia al interior de las escuelas:

• Falta de coherencia entre el discurso y la práctica.
• Falta de autoridad reflexiva para tomar decisiones al interior de los centros escolares.
• Desdibujamiento del actor protagónico del proceso educativo: el alumno.

Sin embargo, también considera que hay espacios para la educación democrática:

• La relación y comunicación en el aula.
• La cooperación y aprendizaje entre iguales.
• El debate, la opinión y el aprendizaje de la argumentación.
• La asamblea como referente de cohesión democrática.
• La elaboración de un currículum democrático.
• El equipo directivo como coordinador y dinamizador democrático.

Comparto con Carbonell la idea de que son muchos los espacios y oportunidades que se pueden abrir para la educación democrática, y en esto, considero que el maestro juega un papel protagónico, pues si bien es cierto que la estructura del sistema pone muchas limitantes para hacerlo, los maestros debemos y podemos generar escenarios o ambientes de aprendizaje que motiven a los alumnos participar de manera vivencial en procesos dialógicos que le permitan desarrollar su autonomía, fortalecer su autoestima y formarse ética y moralmente.

Lulusita Molina

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