El profesor ante la innovación educativa y el enfoque por competencias.

Cuestionamientos tales como: ¿Qué conocimiento se debe dar en las escuelas, si éste cambia constantemente? ¿Por qué las diversas reformas educativas no funcionan como se espera? ¿Qué papel jugamos los profesores en los cambios que se generan con las reformas educativas? Estas preguntas y otras más que se generan en los diferentes espacios educativos, lejos de llevarnos a una postura de resistencia, o generarnos miedos por nuestra seguridad laboral, o la duda de si nuestra profesión como profesores está en peligro de extinción, deben ser precisamente estas condiciones aceleradas de abundancia de información y de cambios contantes los que requieren que el papel de la escuela y de los profesores sean regenerados.
Escuelas y profesores somos elementos necesarios, sin embargo tenemos que transformarnos con urgencia, pues la sociedad requiere de la escuela, como una institución capaz de transitar de la enseñanza discursiva y el aprendizaje memorístico de un cuerpo cerrado de conocimientos estáticos a una escuela que no sólo enuncie sus valores sino que los transforme en formas de acción.
Ambos autores, Carbonell y Perrenoud, hacen hincapié en la importancia que tiene el papel del profesor ante esta innovación que se busca no a través de una reforma educativa sino primeramente de un cambio de actitud y postura por parte del profesor con respecto a su práctica educativa.
Mucho se ha criticado a las escuelas, nos menciona Carbonell, de no tener interés por las condiciones emocionales e intelectuales de sus estudiantes, por no ser un lugar en donde se fomente la reflexión y la solución de conflictos, así como su falta de asertividad hacia los cambios culturales que se dan en la sociedad y que naturalmente impactan a los niños y jóvenes que asisten a las instituciones educativas. A lo que Perrenoud menciona que se le puede hacer frente mediante el enfoque por competencias, el cual, implica una participación activa, reflexiva y crítica por parte del alumnado, donde sin duda el papel del profesor y de la escuela misma son trasformados, se convierten en los medios por los cuales el alumno debe reconocerse así mismo siendo capaz de desarrollar y explotar sus competencias de acuerdo a sus intereses e inquietudes.
Sin embargo, hay una serie de elementos que debemos considerar para poder hacer dicha aseveración desde mi punto de vista y es que la escuela como institución educativa está inmersa en un entorno social que implica una serie de elementos que la trastocan de manera significativa y que bien valdría la pena discutir y hacer un planteamiento de cómo hacerle frente a las controversias a las que enfrentan las diferentes instituciones educativas.
Carbonell menciona en su libro, que la renovación pedagógica aunado a los planteamientos anteriormente señalados, relacionados con su falta de vinculación entre lo que se cree que los alumnos deben aprender y lo que realmente les servirá para aplicarlo en su vida cotidiana, también se enfrenta a una forma de organización política, social y económica -el neoliberalismo- el cual implica que a la escuela se le determinen ciertos deberes con la sociedad. Por ejemplo, la búsqueda de la mejora en la calidad educativa, la cual no tiene ninguna relación con desarrollar competencias que le sean de utilidad al alumnado de acuerdo a sus interés o bien sus inquietudes, sino más bien esta relacionado a cubrir un nivel estándar de calificación que ayudará a obtener el reconocimiento a nivel mundial por parte de los diferentes organismos internacionales.
El mismo autor reflexiona sobre la innovación en la actualidad basándose en la globalización, sociedad del conocimiento y la información, en cómo esta innovación está condicionada por la ideología así como por las relaciones de poder en el control del conocimiento, por los contextos socioculturales, por las coyunturas económicas y políticas, por las políticas educativas y por el grado de implicación en ellas por parte de los diversos agentes educativos.
Cómo poder echar a andar un enfoque por competencias que convenza de que lo que se busca es que el alumno sea competente para la vida sin pensar en las implicaciones económicas y políticas que se han relacionado con él, cómo desvincularlo de la idea de que se están llevando una reforma educativa que formará mano de obra barata para que otros sigan sacando ventajas de nuestro país.
Sería interesante reflexionar sobre cuáles son las razones por parte del profesorado que lo llevan resistirse una reforma educativa basado en el enfoque por competencias; será el miedo a dejar de ser el poseedor del conocimiento; la ignorancia de los planteamientos que se hacen en las políticas educativas o porque no queremos reproducir una reforma en la que no creemos, y surge entonces otra pregunta más, porqué no creemos en ella o bien por qué tenemos la idea de que no es el modo de fomentar una actitud, reflexiva, consciente y pensante en nuestros alumnos, entonces, ¿cuál si la genera? Estamos en este barco que es la educación y tenemos que buscar los elementos que nos den las bases para hacer nuestro trabajo con conciencia y la certeza de que lo hacemos con conocimiento de lo que hacemos