El recuento

“…convertir las dificultades en posibilidades,
el conflicto hace crecer”
Paulo Freire

Sin duda cada experiencia deja una enseñanza, la cual depende de muchos factores que influyen en la forma en la que cada uno de nosotros vivimos cada momento.
Al recapitular las sesiones que hemos compartido a lo largo del seminario de Curriculum e Innovación Educativa, muchos pensamientos llegan a mi mente, de manera inicial las expectativas que tenía de este seminario: las cuales eran muy altas por cierto, ya que los comentarios de compañeros maestrantes así como de algunos profesores del ISCEEM eran que el Dr. Gilberto era un profesor que prometía un seminario interesante, con mucho trabajo, pero que dejaría grandes enseñanzas, así comenzó está aventura.
En el año anterior de la maestría dejó en mi la sensación de que algo me estaba faltando en este trayecto académico, aunado a que no me sentía nada a gusto con mi tema de investigación, los comentarios alentadores de este seminario fueron un impulso eléctrico que le ponía emoción a la maestría, la pregunta hoy es, ¿realmente el seminario logró darle ese impulso que me hacía falta en mi paso por el ISCEEM?
El seminario me dejó muchas enseñanzas, algunas agradables así como otras que no lo fueron tanto, cada experiencia que vivimos nos da la oportunidad de aprender diferentes cosas y de diferentes formas, no todo puede ser como nosotros queremos, además de que es interesante darse la oportunidad de hacer diferentes cosas que si bien puede ser que no sean nuestras formas favoritas de aprender o hacer las cosas, siempre todo nos deja aprendizajes dignos de recuperar y enumerar, objetivo del presente ensayo el cual se encuentra dividido en dos apartados: el primero Toda vivencia deja una enseñanza hace mención como aprendí así como aquellos aprendizajes que obtuve a lo largo del seminario de manera muy breve; a lo largo del segundo apartado Nada es perfecto¸ presento las dificultades y las inquietudes con las que me quedó al finalizar este seminario y finalmente una breve conclusión.
Toda vivencia deja una enseñanza.
El aprendizaje fue constante sin duda, ha sido un seminario que ha requerido de un trabajo permanente y que en lo que respecta a las experiencias positivas que me dejaron un buen sabor de boca y una gran satisfacción enunciare algunas. La primera de ellas fue a no poner altas expectativas fuera de mis posibilidades ni en otras personas que no sea yo, ciertamente el Dr. Gilberto resulto ser un conductor muy apropiado, logró explotar en cada uno de nosotros, -cuanto menos en mi caso así fue- habilidades que no habíamos descubierto la mayoría de nosotros que teníamos o bien que no sabíamos como nombrar o como explicarlas, nos enseñó que antes de poner nuestras expectativas en alguien más, debemos hacerlo en nosotros mismos, regularmente esperamos de los demás respuestas, propuestas a aquello de lo que desconocemos o no tenemos el conocimiento suficiente, sin embargo, una forma que nos puede encaminar a encontrar soluciones que nos satisfagan a nosotros mismos son aquellas que surgen de nosotros.
Es decir, la reflexión sobre nuestro actuar y pensar fue un elemento clave y guía en el trascurso del seminario, autores como Carbonell y Perrenoud, hacen hincapié en la importancia que tiene el papel del profesor quienes debemos buscar la innovación en el cambio de actitud y postura que tengamos respecto a nuestra práctica educativa.
Así mismo Brubacher & Reagan, argumentan que la experiencia es un elemento central para formarse como un docente reflexivo, dentro del seminario recuperamos nuestras experiencias en las aulas para plantear proyectos de intervención sobre nuestros propias dificultades laborales, los mismos autores recuperan la vocación a la que se refieren como “arte de ser docente” que como cualquier arte requiere del compromiso total de quien decide ser docente.
Lo que me lleva a la siguiente lección, los problemas de la educación son tan particulares y su importancia dependerá de quien este mirando y narrando el problema, lo cual no significa que un problema de mi escuela o de mi práctica, sea más importante que el de otro compañero, sino que su relevancia depende de la persona que lo mira y de las dificultades que ese problema representa para cada uno de nosotros, ciertamente debemos tener mucho cuidado de que las problemas a los que nos enfrentamos dentro de nuestra práctica educativa y que muchas ocasiones planteamos como sin solución, no sean resultado de nuestra falta de preparación, investigación o interés por buscar posibles soluciones, o en el peor de los casos que creamos que nuestros problemas dependen únicamente de los otros, dejando de lado nuestra responsabilidad ante el proceso educativo en el que nos encontramos inmersos.
Por otro lado, me gustaría rescatar la lección que me parece a más de uno nos fue difícil aprender, incluso diría que hay quienes aun al final del seminario no lo quisieron aprender y es el tener la capacidad de trabajar con los otros.
He tenido la fortuna de que participar en un coro desde hace diez años, donde lo que nos une es el canto coral, una actividad por excelencia en equipo, no es un mucha gente trabajando, es te caso particular, cantando cada quien por su lado, si queremos que una melodía se escuche afinada y a tiempo, cada voz de acuerdo a su registro debe esforzarse por hacer bien la parte que le corresponde: sopranos –voz aguda de la mujer- lleva la melodía y el ritmo principal; metzos –voz grave de la mujeres- se encarga de la línea base de la melodía; tenores –voz aguda de los hombres- principalmente se encarga de hacer los adornos de la melodía y finalmente los bajos –voz grave de los hombres- es la percusión o pedal que marca el tiempo, en el canto coral si alguna de las voces no ensaya su línea, la pieza musical se escuchara desafinada o descuadrada según sea el caso, por lo que el canto coral sólo funciona si cada uno de los que participamos aportamos nuestro esfuerzo, dedicación y desempeño, muchas ocasiones el director del coro nos ha dicho que si la gente trabajará más seguido en equipo, los resultados de lo hacemos sería mejor que lo que obtenemos trabajando sólo; lo cual corroboré en la dinámica de trabajo dentro del seminario.
Sin duda cuando uno tiene la oportunidad de compartir con los otros distintas opiniones y dialogar sobre lo que nos une en el caso de los profesores, la educación en nuestras escuelas, interesantes ideas pueden surgir de ese diálogo, propuestas que pueden conducir a hacer mejor nuestro trabajo como profesores, y eso lo hemos experimentado dentro del seminario con los trabajos en equipo, algo que por cierto difícilmente se promueve en la maestría o en la sociedad misma, donde lo que se privilegia es el trabajo individual, y que en contraste dentro del seminario el conductor buscó todo el tiempo nos diéramos la oportunidad de trabajar juntos, aprendiendo unos de los otros.
Finalmente, una de mis mayores necesidades como docente ha sido el encontrar el sustento teórico de lo que realizo día con día en la escuela donde laboro, ya que profesionalmente me forme como psicóloga y al entrar en la maestría buscaba que ésta me permitirá acercarme a los fundamentos teóricos de la práctica educativa y aunque cada seminario ha sido fructífero en diferentes formas, ha sido el seminario de Curriculum e innovación Educativa el que desde mi punto de vista en palabras de Brubacher & Reagan, el que más nos ha encaminado a realizar la revisión y manejo de las diferentes teorías que dan sustento a lo que se hace en las aulas, es decir, buscar romper con el divorcio entre la teoría y la práctica y lograr el equilibrio entre ambas para poder dar respuesta a lo que como docentes nos preocupa.
Nada es perfecto.
Cada experiencia en la vida nos permite experimentar aprendizajes como los ya mencionados, las certezas regularmente nos dan comodidad y seguridad de conocimiento no obstante los aprendizajes que muchas ocasiones valoramos más vienen de aquellas cosas que nos generan inquietudes, que son movilizadoras que nos impulsan a buscar nuevas alternativas.
En el desarrollo del seminario también me encontré con algunas dificultades las cuales me implicaron vencer retos importantes para mí.
Por un lado, venía de pasar por seminarios que nos invitaban a la crítica y al planteamiento de nuestros puntos de vista, sin embargo, estos se centraban en lo dicho o hecho por otras personas, por lo que al solicitarnos dentro el seminario que hiciéramos un análisis de nuestra propia experiencia, hacer una crítica sobre nuestros propios actos implicó un verdadero reto, pues es más sencillo ver los errores y defectos en los demás.
Una dificultad más a la que tuve que hacer frente de manera muy personal, fue integrarme a un grupo de compañeros que ya venía más compacto, pues prácticamente nos integramos cuatro del grupo dos al grupo uno donde los compañeros ya tenían una dinámica de trabajo y adaptarme a su forma de relacionarse me fue un tanto complicado.
Así mismo hay algunas inquietudes con las que me quedó y que hoy serán generadoras de nuevas búsquedas, entre ellas está el hecho de que para mi hubiera sido importante e interesante que realizáramos el análisis del curriculum correspondiente a las Reformas Educativas vigentes, que fue algo que no llevamos a cabo dentro del seminario.
Desde mi punto de vista nos centramos solamente en la innovación, que es el proyecto de intervención que desarrollamos, pero la parte del curriculum cómo se hace, qué estructura tiene y porqué, qué se busca con el curriculum vigente en los diferentes niveles educativos y cómo hacer un análisis crítico del mismo fueron elementos que no fueron abordados dentro del seminario.
Me parece que nos hizo falta revisar detenidamente cómo y con base a qué autores podemos hacer un análisis crítico y con ello entonces si pensar en las propuestas de innovación que estuvimos trabajando.
A manera de conclusión…
En el momento de hacer el recuento de lo aprendido así como de las inquietudes que se quedan después de un semestre de trabajo, me doy cuenta que las cosas positivas superan a aquellas que en apariencia pudiesen ser negativas, ya que a lo largo del ensayo he hecho hincapié en que aun las inquietudes generan actos positivos, tal vez no en el momento pero si dejan abiertas las posibilidades de buscar caminos para resolver aquello que me inquieta, me parece que así como aprendemos más de los errores que de los aciertos, hoy al igual, dentro del seminario, he aprendido más de mis dudas que de aquello que he creído saber, y digo creído, porque he podido comprobar que entre más creo saber, más cosas ignoro.
No me resta más que agradecer al Dr. Gilberto por haberme dado la oportunidad de formar parte del equipo y por ayudarme a recordar que no basta con criticar y juzgar el complejo mundo de la educación, es necesario empezar a hacer algo para cambiar aquello que juzgamos y que no nos gusta como es, convirtiendo las dificultades en posibilidades como lo dijo Paulo Freire.