INTRODUCCIÓN. EL TRABAJO EN GRUPO Y LA DIVERSIDAD EN EL AULA.
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INTRODUCCIÓN. EL TRABAJO EN GRUPO Y LA DIVERSIDAD EN EL AULA.
La parte del texto que me interesa comentar es: La evaluación en el trabajo grupal.
El concepto de evaluación es polisémico, y todos la interpretamos de diferentes maneras. Pero regularmente cuando se habla de evaluación, la mayoría nos remitimos a términos como: calificar, medir, examinar, clasificar, etc., se piensa en los instrumentos que se van a utilizar, tales como: test, exámenes, listas de cotejo, escalas estimativas, estadísticas, reportes y cuadros de calificaciones; en todo un protocolo administrativo por el cual se tiene que detener el proceso académico para dedicar un espacio exclusivo a la evaluación, que regularmente es al final del semestre o del ciclo escolar.
Entonces empiezan una serie de perseguimientos: el director persigue al maestro, el maestro al alumno, el alumno al maestro, bueno, hasta los padres de familia hacen acto de presencia para tratar de negociar la calificación. Todo esto que se vive al interior de las instituciones, es propiciado por la práctica de una evaluación tradicional, rígida, funcional e instrumental.
Desde las perspectivas críticas, la evaluación debe transformarse y entenderse como una actividad formativa, democrática, dialógica, incluyente, reflexiva, continua, motivadora, procesual, transparente, ecuánime, autónoma, ética, crítica, etc. La práctica de la evaluación formativa debe considerar al sujeto en su individualidad y en su interacción con los otros.
Sin embargo, coincido con Shulman en el sentido de que no es fácil evaluar los resultados del trabajo grupal, pues hacerlo implica contemplar procesos de evaluación formativa, autoevaluación, coevaluación y consenso.
En el texto se plantean importantes interrogantes que me parece valdría la pena detenernos a reflexionar sobre algunas de ellas:
“¿Pondrá el docente, cuando evalúa la calidad del producto de un grupo, una nota a todo el grupo o calificará individualmente a cada alumno? ¿Cómo puede estar seguro de la contribución relativa hecha por cada miembro del equipo? ¿Cómo hace el docente para evaluar la competencia de los individuos en cuanto a sus habilidades cognitivas y en cuanto al conocimiento de la materia, partiendo de la colaboración grupal? ¿Cuáles son las habilidades sociales relacionadas con el trabajo grupal y cómo hace el docente para medir la habilidad que tienen sus alumnos para comunicarse, para tomar decisiones, para negociar y para resolver conflictos; en resumen, para colaborar productivamente y para funcionar genuinamente como miembros de un equipo?”. (Shulman, 1998; 47)
El concepto de evaluación es polisémico, y todos la interpretamos de diferentes maneras. Pero regularmente cuando se habla de evaluación, la mayoría nos remitimos a términos como: calificar, medir, examinar, clasificar, etc., se piensa en los instrumentos que se van a utilizar, tales como: test, exámenes, listas de cotejo, escalas estimativas, estadísticas, reportes y cuadros de calificaciones; en todo un protocolo administrativo por el cual se tiene que detener el proceso académico para dedicar un espacio exclusivo a la evaluación, que regularmente es al final del semestre o del ciclo escolar.
Entonces empiezan una serie de perseguimientos: el director persigue al maestro, el maestro al alumno, el alumno al maestro, bueno, hasta los padres de familia hacen acto de presencia para tratar de negociar la calificación. Todo esto que se vive al interior de las instituciones, es propiciado por la práctica de una evaluación tradicional, rígida, funcional e instrumental.
Desde las perspectivas críticas, la evaluación debe transformarse y entenderse como una actividad formativa, democrática, dialógica, incluyente, reflexiva, continua, motivadora, procesual, transparente, ecuánime, autónoma, ética, crítica, etc. La práctica de la evaluación formativa debe considerar al sujeto en su individualidad y en su interacción con los otros.
Sin embargo, coincido con Shulman en el sentido de que no es fácil evaluar los resultados del trabajo grupal, pues hacerlo implica contemplar procesos de evaluación formativa, autoevaluación, coevaluación y consenso.
En el texto se plantean importantes interrogantes que me parece valdría la pena detenernos a reflexionar sobre algunas de ellas:
“¿Pondrá el docente, cuando evalúa la calidad del producto de un grupo, una nota a todo el grupo o calificará individualmente a cada alumno? ¿Cómo puede estar seguro de la contribución relativa hecha por cada miembro del equipo? ¿Cómo hace el docente para evaluar la competencia de los individuos en cuanto a sus habilidades cognitivas y en cuanto al conocimiento de la materia, partiendo de la colaboración grupal? ¿Cuáles son las habilidades sociales relacionadas con el trabajo grupal y cómo hace el docente para medir la habilidad que tienen sus alumnos para comunicarse, para tomar decisiones, para negociar y para resolver conflictos; en resumen, para colaborar productivamente y para funcionar genuinamente como miembros de un equipo?”. (Shulman, 1998; 47)
Lulusita Molina- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 20/09/2011
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