Curriculum e Innovación Educativa
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[b]Transformando mi práctica docente… un proceso difícil, pero posible.[/b]

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Mensaje  Lulusita Molina Mar Oct 25, 2011 8:27 pm

Me parece que esta es una excelente oportunidad para relatar mi historia laboral, sin embargo, sólo comentaré algunas experiencias que de manera importante impactaron en la práctica educativa que durante muchos años desempeñé.

Primeramente, empecé muy joven a trabajar (13 años), por lo que mi práctica educativa consistía principalmente en jugar con mis alumnos (sólo algunos años mayores que yo), resulta obvio que no era por vocación el que yo estuviera al frente de 45 pequeños de 1er. Grado. Curiosamente sin proponérmelo, mi práctica docente resultaba mucho más efectiva que la de otros profesores, pues cada mes de mi grupo salían un mayor número de alumnos que aprendían pronto a leer y escribir.

Sin embargo, no era aceptable que me dedicara a “jugar” con los alumnos, así que resultaba necesario y “urgente” que modificara mis estrategias pedagógicas por otras que según los profesores con más experiencia se debían aplicar.

Así fue como “aprendí” que no se debe enseñar a los alumnos jugando, pues era antipedagógico; entonces me empapé de un cúmulo de conocimientos sobre paradigmas positivistas (estoy hablando de la década de los 80’), como el conductismo, la tecnología educativa, el método global de análisis estructural, etc., pues tenía mucha urgencia de estar al día con los paradigmas pedagógicos que me permitirían desarrollar una “verdadera práctica educativa”.

Entonces me volví una experta en practicar la educación bancaria, yo era la poseedora de conocimientos y mis alumnos los depósitos de estos, yo era la que hablaba y mis alumnos sólo se limitaban a escuchar, yo tomaba las decisiones y los alumnos obedecían tácitamente sin cuestionar. Era sorprendente la actitud mecánica y automática con la que mis alumnos realizaban las actividades escolares (y las extraescolares también). ¡Qué bien había yo aprendido la lección!, había dejado de jugar, de disfrutar junto con mis alumnos el proceso E-A.

Y así fue durante muchos años, hasta que afortunadamente, pude acceder a otros paradigmas (críticos) que me interpelaron y que me permitieron reflexionar sobre mi práctica docente; sin embargo, tengo que aceptar que el camino de la transformación no ha sido nada fácil, ha requerido de muchos años en los que he vivido procesos fuertes de crisis existencial, pues no es tan sencillo romper viejos esquemas y desarrollar un pensamiento crítico (que aún no puedo lanzar las campanas al vuelo al respecto), modificar posturas y tener apertura a la innovación.
Convencida estoy que podemos cambiar nuestras prácticas educativas tradicionales, que los procesos educativos al ser procesos sociales, siempre pueden ser de otra manera, pues finalmente no dejan de ser construcciones sociales, por lo tanto, factibles de transformación.

[size=12]“El magisterio en cualquier nivel de la enseñanza, ha de recuperar su orgullo y dignidad y reinventar el concepto de vocación, distanciándose tanto de la visión mesiánica y de apostolado de antaño como de las concepciones tecnocráticas y asépticas de hoy. La vocación es un compromiso con la pasión por las diversas dimensiones del conocimiento ―psicológicas, epistemológicas, sociales, éticas y políticas― y por la curiosidad permanente hacia cuanto acontece en el aula, el centro y la comunidad; porque la vocación es una decisión individual que se proyecta en el colectivo”. (Carbonell, 2006: 113)[/size]

Recupero esta cita de Carbonell, porque me parece bastante ilustrativa para referirme a qué tipo de docente quiero ser.

De manera concreta, quiero ser un docente sensible, crítico, autónomo, reflexivo e innovador, que la esencia de mi práctica educativa se sustente en un poderoso marco ético y moral que me permita verdaderamente ser congruente con los principios filosóficos de la educación: propiciar el desarrollo armónico e integral de los sujetos, a través de una educación democrática.

Considero que las siguientes acciones vinculan el tipo de docente que quiero ser con mi proyecto de intervención.

 Desempeñar mi labor docente asumiendo una actitud de compromiso para con el reconocimiento de los otros (alumnos, compañeros, padres de familia).

 Apostar por un enfoque reflexivo de mi práctica docente, mismo que me permita de manera crítica y autónoma, interpretar la realidad y tomar las mejores decisiones.

 Considerar y respetar el mundo subjetivo de los otros: sus sueños, esperanzas, ilusiones, sentimientos, emociones, etc.

 Despertar, orientar y acompañar la creatividad, imaginación, autoestima y autonomía de mis alumnos.

 Propiciar ambientes que permitan una sólida formación ética y moral de los sujetos para que puedan insertarse en una sociedad dinámica y cambiante, la cual les exige participar activamente en su transformación.

 Mantenerme en un proceso de formación continua y si es posible, participar de manera activa y entusiasta en sensibilizar a mis colegas sobre la importancia de mantenernos en una formación permanente, la cual nos permitirá desarrollar prácticas innovadoras en pro de nuestros alumnos.



Lulusita Molina

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