y las competencias docentes?

Al revisar las lecturas de Perrenoud y de Zabalza se emociona uno pensando todo lo que se podría lograr en educación si los docentes tuvieran o practicaran por lo menos la mitad de las competencias como ellos las proponen y, porque no, hasta va haciendo uno la autoevaluación de la propia práctica docente y en efecto tal vez nos quedemos en que cada una de ellas más o menos las hemos desarrollado, pero ahora yo me pregunto ¿a qué se debe que haya tanta resistencia a practicar un cambio en la forma de enseñar?. Yo creo que tiene que ver con el enfoque que se presento en su momento en la formación inicial como docente, porque claro está, eran otros momentos y requerimientos y ahora retomando las recomendaciones de la OCDE en cuanto a la preparación y selección de docentes si sería importante el considerar seriamente un esfuerzo por parte de los docentes, sobre todo de los que ya tenemos cierto tiempo de haber concluido nuestra preparación normalista o de licenciatura, dado que una gran parte de estos se han instalado en sus prácticas rutinarias y que en su momento les dieron resultado pero ahora con las situaciones sociales, políticas y manejo de conocimientos tecnológicos no es posible continuar igual y esperar buenos resultados o por lo menos los esperados por el sistema educativo mexicano.

Aunque tampoco toda la responsabilidad es del docente, porque tampoco el sistema Educativo Mexicano cuenta con la infraestructura para que se desarrolle una práctica educativa acorde a los requerimientos de las políticas educativas adoptadas tras las recomendaciones de organismos internacionales, tampoco se tienen todos los apoyos de autoridades educativas, por ejemplo en tiempos para análisis académico, una gran mayoría de docentes trabaja un doble turno y si en sus horarios laborares no tiene un espacio para su actualización tampoco en sus tiempos libres que son muy reducidos, ahora creo es bueno el que se estén retomando los tiempos de receso entre ciclos escolares para promover actividades académicas, la situación es que se tendría que contar con personal que realmente apoyara al docente a desarrollar sus competencias profesionales y no solo les intente dar recetas o imponer el discurso oficial sin análisis alguno o se distorsione en espacio de quejas y actividades político-sindicales.