Evaluando lo vivido...
Página 1 de 1.
Evaluando lo vivido...
Evaluación grupal y del docente.
Después de un semestre de arduo trabajo, hemos llegado a la etapa final y como todo lo que comienza en algún momento debe terminar, ha llegado el momento de concluir este seminario y hacer la evaluación de lo realizado y porque no de aquello que no se hizo.
El presente ensayo constará de tres apartados, el primero de los cuales abarca la evaluación grupal, donde no se hablará de personas en particular sino de las características positivas y negativas que como integrante pude experimentar para posteriormente en un segundo apartado abordar la evaluación del docente conductor del seminario, en este caso aun sin desearlo tendrá que ser totalmente personal, pues sólo hubo un conductor, el Dr. Gilberto Aranda; y finalmente de manera muy breve se presenta un tercer apartado que es la conclusión.
El trabajo grupal
Para hacer la evaluación de un grupo esto implica hablar de las diferentes características de sus integrantes, los cuales le dan el cuerpo y la forma y por lo tanto definen al grupo, sin embargo me centrare no en las peculiaridades de los integrantes sino en el ambiente de trabajo que se generó a lo largo del seminario.
Para comenzar, puedo decir que mi integración al grupo fue sencilla, a pesar de que la mayoría de los compañeros habían trabajado juntos durante el año anterior y por lo tanto tenían ya una forma de integración a la que yo me agregaba no me fue difícil, pues el grupo hablando en términos de armonía diría que funciona ya que cada uno ya tiene su afinidad con ciertos integrantes pero eso no genera asperezas ni molestias que se vean reflejadas en las relaciones de compañeros. El seminario se desarrolló en un aparente ambiente de respeto y tolerancia hacia las diferentes interpretaciones que se hacían de los textos, así como de la realización de los trabajos especiales.
Sin embargo, cuando nos vamos al terreno del trabajo, me parece que si hay algunos aspectos con los que no me sentí del todo a gusto, por ejemplo el hecho de que las lecturas no fueran abordadas con la intención de hacer un análisis de las mismas, sino que básicamente nos centrábamos en repetir lo que ya habíamos leído en nuestras casas, muy raras ocasiones se planteabas discusiones sobre lo que los autores manejaban, y la revisión de los textos quedaba reducida a la repetición de los textos o en decir si una lectura nos había parecido “bonita” o “fea”. Sin afán de justificarme eso dificulto que pudiera tener participaciones constantes en el abordaje de las lecturas, pues por lo regular lo que yo quería comentar quedaba fuera de lo que se manejaba en clase, por lo que mis inquietudes o comentarios me parecía que estaban fuera de lugar así que opte por no externarlos.
Por otro lado, la idea de trabajar por equipos personalmente no me pareció desagradable, al contrario, pensé que podría aprender de mis compañeros, de su experiencia y de su manera de mirar las diferentes problemáticas que cada uno de nosotros planteábamos, sin embargo, no puedo decir que la experiencia haya sido del todo exitosa pues hubo equipos que nada más no funcionaron, el porqué no lo tengo claro, ya que yo no lo viví dado que en mi equipo no hubo ese problema, pero fue muy notorio que otros equipos no lograron integrarse.
Una de las cosas que me parece no logramos realizar de manera completamente exitosa fue la revisión de los trabajos en clase, pues al ser la última actividad del día, la mayoría de los compañeros ya se querían ir y en el caso de mi equipo de entrada era complicado que nos reuniéramos pues siempre tenían cosas que hacer cuando teníamos que reunirnos para comentar los trabajos y tenía que esperarlos un “ratote” y una vez que nos juntábamos empezaban a hablar de otras cosas que no tenían algo que ver con el seminario o mucho menos con los trabajos, así algunas veces me tocaba moderar la discusión, cosa complicada pues cuando les preguntaba sobre su trabajo o sobre el trabajo que habían comentado la respuesta era “ya le di el comentario” o “mejor empieza tu” por lo que las reuniones por equipo me parece fueron en su mayoría poco fructíferas.
Otro elemento que me parece digno de rescatar fue la participación casi nula de los compañeros en el foro virtual, en que pocos fuimos quienes entrabamos a participar subiendo nuestros trabajos y aun menos los que leíamos los de los otros y mucho menos el número de quien se atrevía a comentar algún trabajo, el foro tuvo muy poca utilización y fue un espacio que no aprovechamos todos, pues si hubiéramos subido todos nuestros trabajos y mostrado interés por compartir lo que hacemos me parece que el intercambio de experiencias hubiera sido interesante, pero en cuento el conductor dijo que era opcional la participación fueron aun menos lo que continuaron entrando y participando.
Evaluación del docente.
Hacer la evaluación del docente me resulta una tarea difícil, pues al fungir como alumno puedo identificar y hablar más explícitamente de lo que viví desde el papel que fungí pero hablar del papel del otro está sujeto a la forma en que percibí y experimente el seminario, por lo que antes de comenzar me disculpo si en algún momento mal entendí actitudes o palabras del docente conductor.
Su inmensa paciencia hacia el grupo es el primer elemento que me gustaría rescatar y valorar, pues pese a que habíamos varios que en ocasiones no entendíamos las lecturas o la elaboración de los trabajos especiales, el docente siempre tuvo la paciencia para escuchar las “barbaridades” que cada uno de nosotros decíamos, su papel fue más como de “momo” del libro de Michael Ende, es decir era nuestro escucha y nos devolvía las dudas con más preguntas lo que incitaba a que cada uno buscará respuestas a sus propias inquietudes, no daba algo por cierto como tampoco daba algo como erróneo, nos inducia al análisis de nuestras interpretaciones y elaboraciones.
El que haya propuesto la realización de una propuesta de intervención me pareció muy certera ya que nos ayudó a recordar que somos docentes frente a grupo y que en algún momento regresaremos a enfrentar las dificultades de nuestra práctica educativa y desarrollar una propuesta que se apegara a nuestra función nos permite aterrizar lo que teóricamente hemos revisado en otros seminarios, es decir, fue un seminario en el que la disociación entre teoría y práctica me pareció que se logró hasta cierto punto.
Su actitud de moderador no me agradaba mucho pues en varías ocasiones las preguntas quedaban sin una respuesta que nos convenciera, pero me parece que era su intención, porque al final de cuentas las dudas nos conducen a la búsqueda de respuestas, de esa forma estamos en una búsqueda constante.
Lo que me causo mucha dificultad entender y aceptar fue el supuesto de una clase democrática, pues desde mi punto de vista, no era diferente a los otros seminarios en el sentido de que fue el docente quien determinó la línea de trabajo, las lecturas a revisar, los aspectos a evaluar, la dinámica de trabajo, la organización de equipos, etc., incluso cuando se trataba de elegir alguna opción de trabajo, sólo consideraba o bien sus propuestas o aquellas con las que estaba él de acuerdo, es decir, no se le daba voz a todas las propuestas. Me parece que de acuerdo las lecturas que el mismo docente eligió para decir que un ambiente escolar es democrático no basta con dejar que elijas entre una opción y otra, sino implica escuchar la voz de todos y que sea lo que desea la mayoría lo que se hace o lo que no y en el caso del seminario dicha democracia quedó insisto desde mi parecer, en sólo un ideal a experimentar pues las relación de poder docente-alumno no dejo de estar presente, cosa que no digo que este mal, sino que fue planteada de manera sutil de tal forma que creímos realmente estar en una clase democrática.
Concluyamos…
Finalmente quiero disculparme si lo que he dicho en estas pudiese parecer ofensivo, pero sólo es mi percepción de las cosas y no he querido decir que el trabajo del grupo o del docente sea malo o bueno, pues me parece que en esos términos no es una evaluación, sino sólo un calificativo estimativo.
Mi evaluación del seminario es que fue una experiencia interesante que tienen aspectos muy rescatables como es el trabajo en equipo, el tener que ser responsable de leer minuciosamente para comentar el trabajo del otro, desarrollar una propuesta de intervención que podamos llevar a la práctica y que no se haya centrado sólo en aspectos teóricos, fue agradable con todo y sus bemoles que personalmente me causaron en algún momento dificultades para adaptarme a la forma de trabajo propuesta por el docente pero que tendría mejor resultado si todos como alumnos asumiéramos una actitud más responsable para con el trabajo y fuéramos más comprometidos para con nosotros mismos y con los otros.
Después de un semestre de arduo trabajo, hemos llegado a la etapa final y como todo lo que comienza en algún momento debe terminar, ha llegado el momento de concluir este seminario y hacer la evaluación de lo realizado y porque no de aquello que no se hizo.
El presente ensayo constará de tres apartados, el primero de los cuales abarca la evaluación grupal, donde no se hablará de personas en particular sino de las características positivas y negativas que como integrante pude experimentar para posteriormente en un segundo apartado abordar la evaluación del docente conductor del seminario, en este caso aun sin desearlo tendrá que ser totalmente personal, pues sólo hubo un conductor, el Dr. Gilberto Aranda; y finalmente de manera muy breve se presenta un tercer apartado que es la conclusión.
El trabajo grupal
Para hacer la evaluación de un grupo esto implica hablar de las diferentes características de sus integrantes, los cuales le dan el cuerpo y la forma y por lo tanto definen al grupo, sin embargo me centrare no en las peculiaridades de los integrantes sino en el ambiente de trabajo que se generó a lo largo del seminario.
Para comenzar, puedo decir que mi integración al grupo fue sencilla, a pesar de que la mayoría de los compañeros habían trabajado juntos durante el año anterior y por lo tanto tenían ya una forma de integración a la que yo me agregaba no me fue difícil, pues el grupo hablando en términos de armonía diría que funciona ya que cada uno ya tiene su afinidad con ciertos integrantes pero eso no genera asperezas ni molestias que se vean reflejadas en las relaciones de compañeros. El seminario se desarrolló en un aparente ambiente de respeto y tolerancia hacia las diferentes interpretaciones que se hacían de los textos, así como de la realización de los trabajos especiales.
Sin embargo, cuando nos vamos al terreno del trabajo, me parece que si hay algunos aspectos con los que no me sentí del todo a gusto, por ejemplo el hecho de que las lecturas no fueran abordadas con la intención de hacer un análisis de las mismas, sino que básicamente nos centrábamos en repetir lo que ya habíamos leído en nuestras casas, muy raras ocasiones se planteabas discusiones sobre lo que los autores manejaban, y la revisión de los textos quedaba reducida a la repetición de los textos o en decir si una lectura nos había parecido “bonita” o “fea”. Sin afán de justificarme eso dificulto que pudiera tener participaciones constantes en el abordaje de las lecturas, pues por lo regular lo que yo quería comentar quedaba fuera de lo que se manejaba en clase, por lo que mis inquietudes o comentarios me parecía que estaban fuera de lugar así que opte por no externarlos.
Por otro lado, la idea de trabajar por equipos personalmente no me pareció desagradable, al contrario, pensé que podría aprender de mis compañeros, de su experiencia y de su manera de mirar las diferentes problemáticas que cada uno de nosotros planteábamos, sin embargo, no puedo decir que la experiencia haya sido del todo exitosa pues hubo equipos que nada más no funcionaron, el porqué no lo tengo claro, ya que yo no lo viví dado que en mi equipo no hubo ese problema, pero fue muy notorio que otros equipos no lograron integrarse.
Una de las cosas que me parece no logramos realizar de manera completamente exitosa fue la revisión de los trabajos en clase, pues al ser la última actividad del día, la mayoría de los compañeros ya se querían ir y en el caso de mi equipo de entrada era complicado que nos reuniéramos pues siempre tenían cosas que hacer cuando teníamos que reunirnos para comentar los trabajos y tenía que esperarlos un “ratote” y una vez que nos juntábamos empezaban a hablar de otras cosas que no tenían algo que ver con el seminario o mucho menos con los trabajos, así algunas veces me tocaba moderar la discusión, cosa complicada pues cuando les preguntaba sobre su trabajo o sobre el trabajo que habían comentado la respuesta era “ya le di el comentario” o “mejor empieza tu” por lo que las reuniones por equipo me parece fueron en su mayoría poco fructíferas.
Otro elemento que me parece digno de rescatar fue la participación casi nula de los compañeros en el foro virtual, en que pocos fuimos quienes entrabamos a participar subiendo nuestros trabajos y aun menos los que leíamos los de los otros y mucho menos el número de quien se atrevía a comentar algún trabajo, el foro tuvo muy poca utilización y fue un espacio que no aprovechamos todos, pues si hubiéramos subido todos nuestros trabajos y mostrado interés por compartir lo que hacemos me parece que el intercambio de experiencias hubiera sido interesante, pero en cuento el conductor dijo que era opcional la participación fueron aun menos lo que continuaron entrando y participando.
Evaluación del docente.
Hacer la evaluación del docente me resulta una tarea difícil, pues al fungir como alumno puedo identificar y hablar más explícitamente de lo que viví desde el papel que fungí pero hablar del papel del otro está sujeto a la forma en que percibí y experimente el seminario, por lo que antes de comenzar me disculpo si en algún momento mal entendí actitudes o palabras del docente conductor.
Su inmensa paciencia hacia el grupo es el primer elemento que me gustaría rescatar y valorar, pues pese a que habíamos varios que en ocasiones no entendíamos las lecturas o la elaboración de los trabajos especiales, el docente siempre tuvo la paciencia para escuchar las “barbaridades” que cada uno de nosotros decíamos, su papel fue más como de “momo” del libro de Michael Ende, es decir era nuestro escucha y nos devolvía las dudas con más preguntas lo que incitaba a que cada uno buscará respuestas a sus propias inquietudes, no daba algo por cierto como tampoco daba algo como erróneo, nos inducia al análisis de nuestras interpretaciones y elaboraciones.
El que haya propuesto la realización de una propuesta de intervención me pareció muy certera ya que nos ayudó a recordar que somos docentes frente a grupo y que en algún momento regresaremos a enfrentar las dificultades de nuestra práctica educativa y desarrollar una propuesta que se apegara a nuestra función nos permite aterrizar lo que teóricamente hemos revisado en otros seminarios, es decir, fue un seminario en el que la disociación entre teoría y práctica me pareció que se logró hasta cierto punto.
Su actitud de moderador no me agradaba mucho pues en varías ocasiones las preguntas quedaban sin una respuesta que nos convenciera, pero me parece que era su intención, porque al final de cuentas las dudas nos conducen a la búsqueda de respuestas, de esa forma estamos en una búsqueda constante.
Lo que me causo mucha dificultad entender y aceptar fue el supuesto de una clase democrática, pues desde mi punto de vista, no era diferente a los otros seminarios en el sentido de que fue el docente quien determinó la línea de trabajo, las lecturas a revisar, los aspectos a evaluar, la dinámica de trabajo, la organización de equipos, etc., incluso cuando se trataba de elegir alguna opción de trabajo, sólo consideraba o bien sus propuestas o aquellas con las que estaba él de acuerdo, es decir, no se le daba voz a todas las propuestas. Me parece que de acuerdo las lecturas que el mismo docente eligió para decir que un ambiente escolar es democrático no basta con dejar que elijas entre una opción y otra, sino implica escuchar la voz de todos y que sea lo que desea la mayoría lo que se hace o lo que no y en el caso del seminario dicha democracia quedó insisto desde mi parecer, en sólo un ideal a experimentar pues las relación de poder docente-alumno no dejo de estar presente, cosa que no digo que este mal, sino que fue planteada de manera sutil de tal forma que creímos realmente estar en una clase democrática.
Concluyamos…
Finalmente quiero disculparme si lo que he dicho en estas pudiese parecer ofensivo, pero sólo es mi percepción de las cosas y no he querido decir que el trabajo del grupo o del docente sea malo o bueno, pues me parece que en esos términos no es una evaluación, sino sólo un calificativo estimativo.
Mi evaluación del seminario es que fue una experiencia interesante que tienen aspectos muy rescatables como es el trabajo en equipo, el tener que ser responsable de leer minuciosamente para comentar el trabajo del otro, desarrollar una propuesta de intervención que podamos llevar a la práctica y que no se haya centrado sólo en aspectos teóricos, fue agradable con todo y sus bemoles que personalmente me causaron en algún momento dificultades para adaptarme a la forma de trabajo propuesta por el docente pero que tendría mejor resultado si todos como alumnos asumiéramos una actitud más responsable para con el trabajo y fuéramos más comprometidos para con nosotros mismos y con los otros.
Montse Andrade- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 11/09/2011
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.